La muestra «Caracas intervenida», que se inaugurará en la Casa de Hacienda, tratará temas como el exilio, el olvido y la transformación de la ciudad

En todas las áreas de la cultura se han hecho homenajes a Caracas, con motivo de su aniversario 450. El propuesto por el colectivo de creadores que participará en la exhibición Caracas intervenida, que será inaugurada mañana a las 11:30 am, en la Hacienda La Trinidad, será diferente en medio de una realidad que no da tiempo para celebraciones.

“2017 es un año crucial para la ciudad de Caracas: tendrá lugar el acontecimiento de sus 450 años. No obstante, este evento nos sumerge en los despuntes de una narración anómala en torno a una de las ciudades más controversiales, caóticas y peligrosas del mundo”, explica Lorena González Inneco, curadora de la exposición.

“Es la historia humana de una ciudad cuyo punto más alto de irradiación es que a pesar de todo, siempre nos pertenece”

La muestra trata de desplazamientos y de migraciones, de asesinatos que se convierten en cifras, de la fragmentación de la ciudad y, en general, de un país en descomposición, que estos artistas han decidido reconfigurar a través de sus propuestas. “Caracas será relatada, vista, palpada, figurada, soñada, delimitada y extendida por los procesos de conexión y reedición”, explica González.

La muestra, que permanecerá abierta hasta enero de 2018, incluye videos, instalaciones, pintura, gráfica, intervenciones, instalaciones sonoras y performances. Es un amplio abanico de formatos, en los cuales los artistas plasmarán sus versiones de diversos aspectos de la ciudad, “con un tono más consciente de la historia que tenemos y de lo que nos pertenece como sus habitantes”, y un ejercicio de reflexión sobre las transformaciones de la urbe, especialmente durante el último año, agrega la curadora.

Ángela Bonadies con Estructuras de excepción, Corina Briceño con la serie Ciudad ausente, Gabriela Gamboa con una video instalación, Sara Maneiro con sus fotografías del Jardín Botánico y  Juan Toro con Archivo muerto son algunos de los artistas participantes.
“Nuestra idea es que la muestra funcione como una experiencia casi teatral para el espectador, un campo de mediaciones visuales que también le permitan mirarse y reflexionar sobre sus relaciones con el contexto que le rodea”, explica González.

La propuesta de la exposición funciona como un “engranaje colectivo” en el que la presencia curatorial se ha extendido para participar con una intervención de textos en prosa que dialogan con las piezas. El concepto gráfico está desarrollado por Teresa Mulet y la museografía por Emilio Narciso, quienes también participan como artistas.

Nota original publicada en El Universal