Portada del fotolibro "Caracas Cenital"

Acerca del fotolibro Caracas Cenital, de Nicola Rocco

Fecha de publicación: octubre 19, 2016

«Apuntes sobre el fotolibro» es una serie que analiza distintos fotolibros. En en esta entrega ―la #7― presenta Caracas Cenital, con fotografías de Nicola Rocco y textos de Marco Negrón, Saskia Chapellín, Tomás Rodríguez Soto, William Niño Araque y Rafael Arráiz Lucca. Caracas Cenital contó con el diseño gráfico de Pedro Quintero y la curaduría de William Niño Araque. Noel Pérez fue el capitán de vuelo durante las sesiones aéreas.

Desbordamiento, caos, tensión. Mirar Caracas Cenital (Fundación para la Cultura Urbana, Criteria Editorial, 2005) desplegado sobre una mesa produce una extraña ansiedad. Y es extraña porque al pasar las páginas comienza a sentirse el sosiego de quien va reconociendo los lugares, la geografía, el paisaje de una ciudad que ha tallado el ánimo de sus habitantes. Así, desbordamiento, caos y tensión se reconocen como instancias forjadas en el espíritu que encuentran un desplazamiento del ánimo hacia un ordenamiento urbano. Como si la territorialidad respondiera a la conjugación de un carácter que es también espíritu de los tiempos.

Acaso todas las ciudades son materializaciones del carácter de sus habitantes. Formas de estar en el mundo. Cuando ese mundo toma distancia (medible, efectiva, física) exige necesariamente un reajuste para aprehenderlo. Y es esto lo que logra este fotolibro: la exigencia de mirar la ciudad de Caracas por encima de la propia mirada, por “encima de la cabeza del observador”. La mirada cenital, que solo puede alcanzarse sobre un vehículo aéreo y que tiene reminiscencias divinas, insta al lector-observador a conciliar contrarios: vértigo y calma, zozobra y contemplación, asombro y análisis, gozo y dolor. Porque mirar Caracas, su paisaje urbano (y los brotes de naturaleza que se impulsan entre el cemento como asfixiados) en la manera en que se ha estructurado este trabajo es caer en cuenta de que la idea de ciudad es muy distinta a la realidad concreta que se muestra y se vive, y que esa idea debe mutar constantemente en una carrera en desventaja o inalcanzable como la tortuga que persigue Aquiles.

Caracas Cenital se estructura en ocho paisajes que constituyen el territorio Capital, cada entrada especifica las características de la zona, kilómetros de extensión, disposición topográfica, vialidad, infraestructura, la relación de lo urbano con la naturaleza, habitantes, condiciones socioeconómicas, y las reflexiones acerca de cómo la ciudad fue expandiéndose hasta la ruptura de órdenes tradicionales de urbanismo. Desde el Portal Este (Guarenas-Guatire), el Paredón Monumental (Petare Norte-Petare Sur), al Archipiélago de Las Colinas del Sur (El Hatillo-Baruta) en donde la ciudad sigue encontrando verdor para expandirse, pasando por el conjunto montañoso de los Altos Mirandinos, y llegar hasta la Ciudad Dormitorio en Caricuao, el recorrido es un tránsito hacia la modernidad como proyecto inconcluso. Quizás porque la propia modernidad es crisis, quizás porque la propia modernidad entraña tensión, caos y desbordamiento, la ciudad responde a esa condición ínsita que la habita. La mirada sobre las fotografías ensancha las ansias de orden propias de una razón que pretendió por siglos regimentar la realidad y, ante la imposibilidad de hacerlo, se fragmentó.

Con unas dimensiones que responden al proyecto (30cm x 30cm), la hechura material de este fotolibro es elegante, sobria sin dejar de ser maleable. No es un coffetable book. Es como si el trabajo fotográfico no hubiese sido exhibido en un galería sino en páginas de un papel couché de alto gramaje, con pliegos sujetos con puntadas de hilo, resguardados en una tapa dura con una sobrecubierta que dobla sobre sí misma para darle protección y una textura amable al tacto y a la vista. Guardas negras en cartulina corrugada que anuncian la circunspección hecha de la selección de unas cinco mil fotografías tomadas en helicóptero en vuelos sobre la ciudad, y la concisión de textos que complementan el trabajo visual que, como fotolibro, es el principal contenido. Las fotografías han sido tomadas por Nicola Rocco (y curadas por Tomás Rodríguez), quien con una larga trayectoria ha combinado la inmediatez de la noticia con la calma de la danza, ambas cubiertas en el ejercicio de su profesión, y que sobre un helicóptero ha podido resumirlas. El diseño tiene en cuenta el aire entre las imágenes, los espacios que dan respiro entre los textos, una tipografía delgada, esbelta, y se siente la liviandad del vuelo; a cargo de Pedro Quintero, el diseño gráfico logra lo que todo fotolibro debería: fraternidad entre la imagen, el espacio y los textos. No es un atrevimiento pensar que este libro ha sido diseñado para verlo de pie, explayado sobre una mesa o dispuesto sobre un atril. Anotamos al comienzo que en Caracas Cenital se conjugan contrarios como la propia ciudad los confronta, asimila y resuelve.

Los textos, discretos, moderados y concretos complementan y contienen el marco contextual del trabajo fotográfico. El texto de Marco Negrón ubica la ciudad de Santiago León de Caracas en el territorio latinoamericano y la historia de la fundación de otras ciudades como Bogotá, Buenos Aires, Ciudad de México, Río de Janeiro, y otras, para contrastar datos, similitudes y diferencias y poder comprender el desarrollo de nuestros núcleos urbanos desde una perspectiva integral. La ciudad es el hombre, así que abordarla es indagar en la naturaleza humana. De nuevo contrarios conciliados. William Niño Araque reflexiona sobre la modernidad y la ciudad y anota lo que quizás sea la experiencia que busca o motiva este trabajo: “(…) la belleza inquietante de la urbe”. Y en una presentación de la estructura del fotolibro, Saskia Chapellín perfila el mapa al que responde el recorrido por el valle de Caracas. Rafael Arráiz Lucca ordena una cronología de la ciudad a partir de 1641 hasta principios del siglo XXI.

Caracas Cenital es también el intento por mostrar ese desbordamiento, caos y tensión en armonía. Y sí, la ciudad es contradictoria como la propia existencia humana. La mirada distanciada desde la verticalidad, desde la diagonal, impone en el lector-observador una mirada sobre sí mismo y sobre la ciudad como si participara de una manifestación, que como el hombre al propio Dios creador, se le fue de las manos y clama ahora, no una libertad desesperada, sino, como señala Herman Sifontes en la presentación, “Una inversión de amor material”.

Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Vista de Guarenas (Miranda). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Paredón monumental (Petare). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Valle de Sartenejas (Universidad Simón Bolívar). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Centro de Caracas. Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
El Helicoide (Caracas). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Los Teques (Miranda). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Las Adjuntas, patio de trenes del Metro (Caracas). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Catia, Complejo habitacional 23 de Enero (Caracas). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.
Una imagen del fotolibro Caracas Cenital.
Playa Los Ángeles (Vargas). Del fotolibro Caracas Cenital, 2004. Fotografía de Nicola Rocco. ©ArchivoFotografíaUrbana.

 

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