En esta entrega #51 de la serie “Apuntes sobre el fotolibro” compartimos el texto que realiza el historiador y fotógrafo Carlos Arvelaiz, sobre Piso 9º (The 9th Floor), de Jorge Luis Santos, publicado en Caracas, en 2019. La edición, producida por el mismo fotógrafo, presenta el diseño de Pedro Quintero y palabras del curador Yuri Liscano, traducidas por Rose Ann Alcalá-Rossiter.
Piso 9º es la quinta publicación fotográfica de Jorge Luis Santos, editada por él mismo en 2019. En un momento en el que imprimir libros no es una meta sencilla de lograr, Jorge Luis produce trescientos ejemplares, sin arriesgar su inversión. Piso 9º vio la luz como una cita a ciegas con sus compradores: sin antes mostrar el contenido en sus páginas, el fotógrafo consiguió, mediante una campaña de preventa, asegurar un lugar en imprenta.
El texto del fotolibro, escrito por el investigador y curador Yuri Liscano, discurre por el sosiego de escenas cotidianas de los caraqueños, narradas por el fotógrafo como un retrato de una dura realidad social accesible desde la ventana de su apartamento. Una mirada que contrasta al Ávila y guacamayas con la incertidumbre de inseguridad, violencia y opresión política que la ciudad debe enfrentar. A diferencia de James Stewart en La Ventana Indiscreta, Jorge no está condenado a sentarse en su balcón; en cambio, fotografía la condena de cada ciudadano. No está mostrando su miedo personal, es el temor colectivo el que está presente en sus imágenes.
Estas fotografías son realizadas con la intención de construir un fotolibro. De esta forma hace la búsqueda de cada imagen y estructura su discurso. Santos opina que el libro es la mejor forma de preservar la fotografía, pues se aleja de la fugacidad de la exposición y de las limitaciones del catalogo. Según esto, Piso 9º es un fotolibro de acuerdo con el canon fotográfico, porque desarrolla una historia. Cada imagen contiene la fuerza individual para construir un mensaje, pero a su vez pertenece a la lectura continua de cada una de sus páginas. Son fotografías horizontales, que alcanzan a ser dípticos, y ofrecen una mirada panorámica de la violenta realidad caraqueña, dejando escapar fugazmente un vistazo de ironía y otras veces de esperanza.
Jorge Luis Santos se aleja, en cada foto, de ser un simple vecino de Caracas, dejando su firma en la composición cenital de los eventos que fotografía. En la edición de las imágenes, en la estructura de su historia, su discurso representa la valentía de los transeúntes ante la violencia, social y política, que amenaza a los ciudadanos. Algunas páginas se intercalan de color negro y textos rojos levemente cortados, se confunden con el miedo e incertidumbre del espectador del libro, y el de la ciudad. Hay quienes se preguntan si ese color negro tiene relación con los tristes días de apagón nacional que vivimos en el 2019, pero es simplemente oscuridad; la misma que vivimos cada día desde que el color rojo de sus textos dirige las miradas de los venezolanos.
La portada teñida de rojo no es una intervención digital. En su condición de fotógrafo documentalista, trabaja con fotografía directa, no hace encuadres o intervenciones en sus imágenes. Limita sus composiciones a la técnica de su cámara, y, mientras experimentaba con fotografía infrarroja en formato digital, se encontró con este resultado. Por el contrario, la oscura imagen de la guarda del libro no fue realizada intencionalmente, aunque se incorpora con facilidad a su discurso, y el espectador no pierde la pista del mensaje.
Las primeras fotos de Piso 9º fueron tomadas entre los años 2004 y 2017, y bajo la observación consciente de los elementos contenidos en su trabajo, queda en evidencia el paso del tiempo entre las imágenes. Jorge Luis no está seguro que esta sea fotografía de calle; es en realidad fotografía de la calle, porque él siempre trabajó desde su ventana. Por un momento reflexiona y se pregunta ¿existen las fotografías de apartamentos? Realizar estas fotografías no le ha dado miedo, siente temor por convivir con la realidad que contempla su mirada.
Jorge Luis Santos es autor de Palmeros es fe y cerro (2011), Pedregal los mismos de ayer (2012), Fotografías (2016) y Pido, Prometo y Pago (2016). Con sus cinco libros en su haber, cuatro de ellos como autor individual, ya comenta que está pensando en su próximo trabajo. Posee, además, una importante colección de fotolibros venezolanos, y dirige un blog sobre el fotolibro latinoamericano. Siempre hace fotografía, y sus imágenes están pensadas en hacer libros.
Lea también el post en Prodavinci.