Caracas, Venezuela, 22 de enero, 1953.
Carlos Germán Rojas realizó cursos de laboratorio en el Instituto de Diseño Neumann y por más de 10 años se desempeñó como fotógrafo institucional en la Galería de Arte Nacional.
Inició su carrera en la pintura, dedicado a la composición geométrica. Acompañado por el maestro Napoleón Pisani se adentró en el mundo del arte al asistir a las exhibiciones de la Galería Euroamericana. Expuso su trabajo como pintor en varias ocasiones en la década de los 70.
En 1978 expone por primera vez en la colectiva Octubre libre en La Fotototeca, dirigida por María Teresa Boulton y Paolo Gasparini. Desde entonces ha participado en varias bienales y numerosas exposiciones nacionales e internacionales. En 1981 recibió el Segundo Premio de Fotografía Conac y el premio Luis Felipe Toro en 1988. En 2004 publicó Imágenes de La Ceibita, trabajo realizado desde 1976-1983, que expuso en distintas ocasiones. En 2012 fue nombrado Ciudadano de Santiago de León de Caracas por el Cabildo Metropolitano de Caracas. Sus fotografías han sido publicadas en diferentes colectivas internacionales: Sueño de la razón. Fotografía sudamericana (Ediciones Metales Pesados, 2013), Informal city. Caracas case. (Prestel, 2005).
Se inicia en el fotoperiodismo dentro de la revista Venezuela Gráfica, cuando descubre “la magia del revelado” en los laboratorios junto al fotógrafo Héctor Rondón. Su aprendizaje, como sus imágenes, tienen mucho que ver con sus propias relaciones con el medio. Además de Rondón, lo acompañó en sus inicios su primo, Thimo Rodríguez, de quien obtuvo su primera cámara, una Olympus Trip 35. De Jorge Vall aprendió sobre el revelado en el Instituto de Diseño Neumann y consiguió en Claudio Perna la guía que le impulsó a dar forma a su serie más significativa: «Imágenes de La Ceibita».
Bajo la tutela de Perna, Rojas pasó de ser un caminante errante con cámara en mano a entrar en las listas de quienes guardan la memoria visual venezolana con imágenes íntimas de su barrio. Una colección que encuentra su enfoque y se define –en palabras de Perna– como “la fotogeografía humana de un país”.
Al contrario de los temas más tratados en la época, Rojas se dedica a una fotografía desde una mirada más íntima y sencilla. Los retratos de «Imágenes de La Ceibita» son un registro de su barrio, de sus amigos, de una forma de vivir. Su https://elarchivo.org/wp-content/uploads/2022/07/037929.jpgvo es el resultado del encuentro cotidiano con lo inesperado: una foto sobre “el genuino instante fugaz”, como lo llamó una vez Juan Carlos Palenzuela. Además del retrato del barrio, Rojas se ha dedicado a elaborar el más extenso registro de la iconografía nacional, al fotografiar a gran cantidad de artistas y sus obras dentro de sus propios espacios. Una selección la reunió en la publicación Trato y Retrato (2017), además de la iconografía de la ciudad con su serie «Desde aquí…» con panorámicas hacia El Ávila desde distintos puntos de Caracas.
En toda su fotografía la intimidad en todas sus imágenes se convirtió en un factor fundamental: define la foto como una relación, una amistad que se hace entre los actores, su entorno y la cámara.
Además de varias exposiciones organizadas entre 2016 y 2017 en celebración de sus 40 años de trayectoria profesional, publica el libro Trato y retrato, reedita su serie sobre el barrio en la serie «Imágenes de La Ceibita en dos tiempos». Así Rojas vuelve y revisa las imágenes de este icónico trabajo y enseña al público los retratos como si se reabriera una cápsula del tiempo.
El Archivo Fotografía Urbana reúne gran parte del registro del autor en su colección fotográfica, así como algunos de sus libros editados.
André Cypriano, en Sueño de la razón. Fotografía sudamericana, reflexiona sobre el tratamiento que Rojas le da a la imagen: «Sin duda, su afilado sentido de composición es algo innato, seguramente reforzado durante los años de su juventud que estuvo dedicado a la pintura geométrica. Su inspiración parte de la vida cotidiana, es puro ejemplo de una realidad».