San Juan de los Morros, 1934 – Caracas, 2023
Fotógrafo, pintor, escultor y diseñador gráfico. González desarrolló una extensa obra multidisciplinar y se convirtió en uno de los referentes más importantes de la fotografía venezolana de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI.
Desde una edad temprana, mostró un gran interés por el arte y la creatividad, especialmente en el campo de la fotografía. Su pasión por capturar momentos significativos y transmitir emociones a través de imágenes lo llevó a convertirse en uno de los fotógrafos más destacados de su generación.
Se graduó de la Escuela de Fotografía de Caracas, donde adquirió una base sólida en técnicas fotográficas y comenzó a experimentar con diferentes estilos y géneros. Durante sus estudios, se destacó por su habilidad para capturar la esencia de las personas y los lugares en sus fotografías, así como por su sentido único de la composición y la iluminación.
Después de graduarse, González decidió emprender su carrera profesional como fotógrafo independiente. Comenzó a colaborar con diversas revistas y agencias de publicidad, lo que le permitió ampliar su experiencia y perfeccionar su estilo distintivo. Sus imágenes llamaron la atención por su poderoso uso del color, la profundidad emocional y la narrativa visual.
Su obra ha sido exhibida en varias galerías y museos tanto en Venezuela como a nivel internacional abarcando diferentes disciplinas y períodos de tiempo. Destacan en 1961, «Esculturas» en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, en 1963, «Pintura. Escultura» en la Galería El Techo de la Ballena, y «Asfalto-infierno: fotografías» en la Galería-librería Ulises, en Caracas. Además, exhibió «Ensamblajes» en City Lights, y en la Galería Bolles, también en San Francisco, California. En 1964, presentó la exposición «Collages» en la Galería 40 Grados a la Sombra, en Maracaibo, y en el Museo de Bellas Artes en 1965. En 1979, realizó la exposición «Una lectura de la calle: fotografías» en la Galería Cruz del Sur en Caracas, y en 1980, presentó nuevamente «Una lectura de la calle: fotografías», esta vez en la Universidad de Los Andes.
Estas exposiciones reflejaron la diversidad de su obra, abarcando esculturas, pinturas, ensamblajes, collages y fotografías, mostrando su habilidad para explorar diferentes medios y técnicas en su práctica artística.
Además de su carrera artística, González se desempeñó como profesor de fotografía. Impartió talleres y conferencias en diversas instituciones educativas, compartiendo su conocimiento y experiencia con una nueva generación de artistas visuales. Su compromiso con la excelencia artística y su dedicación a capturar la belleza del mundo que lo rodea lo convirtieron en una figura influyente en el campo de la fotografía venezolana. Incursionó también en la producción de cine y televisión. Fue director de arte del Centro Audiovisual del Ministerio de Educación (1959-1961) y diseñador de las ediciones de la Universidad Central de Venezuela (1963-1964), las ediciones del Congreso de la República (1971) y las publicaciones con motivo del bicentenario del natalicio de Simón Bolívar (1983).
Entre los años 60 y 70, fue miembro fundador de los grupos artísticos “El Techo de la Ballena” y “Sardio”, que tuvieron un papel fundamental en la escena cultural de la época. En 1962, recibió reconocimiento por parte de la revista Life en el marco del reportaje «Nuevo arte en Venezuela”, que le consolidó como uno de los protagonistas del movimiento artístico venezolano para el momento. Su trabajo fotográfico se enfocó en temas como el petróleo, la marginalidad, el deterioro y el abandono de diversas comunidades en Venezuela. Entre sus obras más destacadas está el fotolibro titulado «Asfalto infierno» (Ediciones del Techo de la Ballena, 1963), el cual contó con textos del reconocido escritor Adriano González León, y que, en 2017, fue parte de la colectiva “Caracas, extravío incesante. 7 fotolibros, 1 ciudad” del Archivo Fotografía Urbana. En 2018 Monroy Editor publica «Daniel González. El Ojo de la Ballena” con textos de Félix Suazo y Douglas Monroy.
Sus fotografías urbanas fueron elogiadas por el escritor Salvador Garmendia, quien destacó su valor como testimonio histórico excepcional. Las obras de González se caracterizaron por su humor y sarcasmo, mostrando una realidad desgarrada y cruel, pero también revelando un sentimiento amoroso, risueño y solidario que envolvía las figuras y sus entornos.
En el Archivo Fotografía Urbana se guarda una selección de fotografías de la serie “Asfalto Infierno” así como dos ejemplares del fotolibro del mismo nombre forman parte de la colección de la Biblioteca Alfredo Cortina.