Recuerdo una clase del profesor rumano Andrei Strijan hablándome de la acción física que caracteriza lo específico cinematográfico, y no a la fotografía definida por la repentina contención del instante. Hay un tren que está en el centro de una foto congelado como si fuera la única presencia eterna: pero es el vacío de toda imagen fotográfica. El tren nunca llegará a la estación que lo espera, no se trata de lentitudes, no existe cualquier posible urgencia humana que lo obligue…
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