Me interesan
esos breves
momentos
de una lidia de toros
cuando el torero
empuña el estoque
tras la muleta
y comienzan
a transcurrir
minutos
donde el diestro
y el animal astado
se aproximan
a un diálogo.
La sangre
da pinceladas
al traje de luces
provocando
resplandores
pre-verbales:
dos silencios
que se hacen
sentir.
Estoy a la caza
de estos relámpagos:
verdaderas
intromisiones cósmicas.
***
***
Lea también el post en el portal de Prodavinci.