Minutos antes
de las seis y treinta
advirtió:
—Esté atento.
Él lo sabía
tenía el sentido
de la espera.
Ya se había asomado
alguna vez.
MAJIN
permanecia en guardia
de ojos cerrados
cuando dijo:
—¡Escuche!
Y pasó…
lenta
una invisible garza.
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