Armando Reverón nació en 1889 y murió en 1954. En 65 años construyó uno de los testamentos más impresionantes de las artes venezolanas y latinoamericanas. Su obra es una cifra de la sensibilidad de su propio tiempo y del que iba a sucederlo, de tal modo que su trabajo sigue siendo hoy en día –y sin duda también lo será en la posteridad– un lugar vivo de exploración artística y estética. Y, además, vital, pues lo mismo que un pintor único, Reverón era un personaje que suscitaba un inmenso interés dada su manera de ser y de expresarse, dada su manera de estar en el mundo y entre los hombres. En estas fotografías –algunas datan de la década de los años treinta, otras de los cincuenta– el genio y la figura del gran pintor venezolano del siglo XX se dejan ver como protagonistas en su escenario principal: el famoso Castillete de Macuto, donde Reverón vivió buena parte de su vida acompañado de Juanita, su mujer, y rodeado de piedras, árboles, lienzos, muñecas y visitantes.