-Desde el retrato en acuarela y en óleo hasta los populares selfies, el ser humano ha buscado perpetuar su propia imagen. En esta continua búsqueda han aparecido distintas técnicas que se orientan hacia el objetivo. En el ámbito fotográfico encontramos un procedimiento muy particular, que no sólo permite fijar una imagen, sino agregar elementos de color que resalten determinados atributos de los modelos, ofreciendo un resultado único y muy vistoso: es el llamado retrato iluminado. Este consistía en pintar con tizas de tonos pasteles o con óleo una impresión fotográfica hecha en papel. Los retoques de color en su mayoría se enfocaban en resaltar particularidades físicas del retratado o elementos aledaños de la figura central. Aquí, el Archivo Fotografía Urbana expone una muestra de diversas reproducciones elaboradas con esta técnica, las cuales revelan como resultado una increíble combinación de elementos de la pintura clásica y los procedimientos modernos de la fotografía.Texto y selección de Marina Guerrero.