La ciudad cae y se desplaza en horizontal; atiborrada por el silbido de mil desapariciones, tan atroces como felices. Ruge el azar en cada uno de sus recorridos, león embalsamado que intenta despertar ante el dulce transcurrir del deterioro inminente. Todos miran. Todo pasa. Todo cambia y se desvanece. Mientras tanto los transeúntes continúan su marcha, cargan bajo sus brazos las pesadas maletas de la emergencia. Calle adentro, las cosas continúan amordazadas, paralizadas bajo los fermentados recovecos de una urbe en transformación constante.
Sin embargo, en la cámara de Sara Maneiro los bordes del vértigo se encuentran ante una inusitada transferencia, revientan embebidos por su mirada atenta, preservados por la captura sugerente de una impresión pasajera que redescubre los pasos de una historia asfixiada al ras de lo no visto; interconexión de narraciones particulares que estallan en las rendijas del afuera.
La ruina ha sido un punto focal en cada serie fotográfica de Maneiro, quien señala una atención particular sobre este fenómeno: “una metáfora de lo que somos como cultura y país”. Para ella el trabajo artístico siempre ha estado conectado a sus recorridos como transeúnte, pasión privada frente a las utopías y distopías, los fracasos y las añoranzas que pululan en la ciudad evanescente.
En la serie Souvenirs. Cartografía en proceso (1998-2005) pertenecientes a la colección del Archivo Fotografía Urbana, los relatos visuales se superponen para anunciar los visos de una sobresaturada catástrofe cromática: “Esos dípticos concentran muchos temas y como duplas hablan también de las contradicciones, de los opuestos. Analizándolo ahora con la distancia de los años, lo veo como premonitorio. Creo que los signos allí presentes plantean tensiones, contradicciones, y a veces comunión, pero en menor escala. Su título hace además alusión a los recuerdos, a la memoria, a lo que atesoramos de un lugar. Como en los Souvenirs que compramos al viajar, los míos son, irónicamente, los recuerdos que no estarían plasmados en una postal de viaje, las no postales de Caracas”.
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