En la entrega #20 de «Apuntes sobre el fotolibro» compartimos Round Trip acompañado de un ensayo escrito por Elizabeth Marín Hernández, profesora de la Universidad de Los Andes. Este fotolibro fue publicado de manera independiente por el fotógrafo Marcel del Castillo, editado y publicado en la ciudad Monterrey —México— en mayo del 2016.
Quiero saber si esos son mis pies— respondió el hombre. Los necesito para entrar al bar.
Entonces los zapatos comenzaron a desamarrar sus trenzas.
Al instante, los pies estuvieron descubiertos, y con gran sorpresa el hombre vio que no eran los suyos. Los pies volvieron a calzar sus zapatos y, muy contentos de no pertenecer a nadie, regresaron al bar.
El hombre aún no ha podido tomarse esa cerveza.
Gabriel Jiménez Emán, «El hombre de los pies perdidos».
La movilidad de sujetos en desplazamiento los conduce a encontrarse en espacios de cotidianidad desconocidos, de encuentros fortuitos necesarios de ser guardados en la evidencia de las prácticas humanas, fijadas y alteradas por la imagen fotográfica, como medio conductor del discurso visual, en el que se da
«(…) valor a las actividades de ocio o de otro tipo que las personas llevamos a cabo diariamente conscientes de que tal retahíla de actividades, conductas o comportamientos en el ámbito doméstico o en el espacio laboral o incluso en el tiempo vacacional están dotadas de sentido hasta el punto de que los valores éticos o su falta están presentes en dichas acciones. No se trata simplemente de describir tareas más o menos rutinarias (…) sino de saber cómo tales ocupaciones afectan a las relaciones humanas y qué roles o papeles o valoración generan en función de quien las realice, de qué modo se llevan a cabo, en qué contexto, con qué intención»(1).
Un sujeto infrecuente transita por un ambiente cotidiano extraño, en una ciudad igualmente extraña, deambula por sus calles, por sus espacios urbanos, un hombre que busca sus pies perdidos, con el deseo de hallar un lugar de encuentro en el que sea posible tejer relaciones humanas, así sea por un momento, que lo hagan sentirse cercano, pero su ojo, su mirada no es inocente, con él lleva su cámara, un objeto que registra lo micro de una nocturnidad humana y urbana, que parte de la circularidad sobre sí mismo y de su historia como transeúnte, con la cual comprender el cómo y en qué contexto se unen los sujetos.
Marcel del Castillo (Caracas, Venezuela, 1974) parte de la acción y de la estrategia de instalarse dentro de espacios provisorios, configurados en la interioridad de diferentes realidades urbanas en el ámbito global; las explora, las pone en evidencia desde los materiales de sentido dados por lo micro, por lo mínimo de lo cotidiano, para desde allí iniciar su viaje circular, su Round Trip. Un recorrido que se abre desde él como personaje dispuesto a observar y captar con su lente un registro individual, en el que puedan ser observadas y comprendidas las relaciones humanas entre sí y con su entorno, junto con las intenciones que estas exteriorizan.
Round Trip es un encuentro festivo con personajes anónimos y desconocidos, hallados en medio de los trayectos citadinos realizados por del Castillo y en los que sólo se manifiestan los sujetos urbanos al definir sus identidades por medio de sus labores especializadas, personas que se descubrieron de manera fortuita en su deambular nocturno. Como dice del Castillo:
«Pocos se conocen, se fueron consiguiendo en algunos lugares de la noche y se agruparon para llegar a un lugar donde coinciden músicos, artistas, cocineros, por decir los que reconocí. Es el encuentro con una ciudad (Barcelona) y cómo nos relacionamos con ella a partir de encuentros humanos. Estoy ahí por error o coincidencia. Me ocupa siempre la relación de los seres con sus espacios urbanos, interiores y exteriores» (2).
La preocupación personal sobre las relaciones humanas y sus modos de comportamiento en diversos contextos sociohumanos, conducen a del Castillo a elaboración de una microhistoria en imágenes, a la compilación narrativa de una noche que no es vista en medio de una formulación documental, sino que emerge en el formato del fotolibro Round Trip, publicado de manera independiente en el año 2016 (3), a modo de ensayo personal, en el que la alteración cromática y saturada de las atmósferas humanas dentro de una noche de encuentros en los que se estima a la vida cotidiana que emerge en las temperaturas del color de aquellos que se tropiezan en el entorno urbano, contemplado desde la visión personal de un artista teñido por diversos recorridos visuales.
Round Trip narra su microhistoria de encuentros, de hallazgos personales en una gran urbe vista y captada desde abajo, en la mirada subjetiva del fotógrafo intérprete de ese abajo:
«(…) a partir del punto donde termina la visibilidad, donde viven los practicantes ordinarios de la ciudad. Como forma elemental de esta experiencia, son caminantes (…), cuyo cuerpo obedece a los trazos gruesos y a los más finos [de la caligrafía] de un ‘texto’ urbano que escriben sin poder leerlo» (4).
Texto complejo en el que se expresan espacios de difícil visualización, pues los practicantes de la ciudad la recorren en medio del anonimato. Anonimato que es roto por la mirada del artista desde su particular postura y acciones de recorrido, capacitado para iniciar y terminar en su subjetividad.
En este sentido la narrativa de este particular fotolibro acude a varias líneas de visualización: la individualidad del artista, quien narra en primera persona a ese sujeto de pies perdidos, que busca el lugar donde los mismos se pueden descubrir y dónde se posibilitaran los encuentros propiciados por este deambular, y en el mismo se halla el enlazamiento con otras expresiones fotográficas contemporáneas, como las del fotógrafo inglés Richard Billingham, definidas en las narraciones de la cotidianidad momentánea, dentro de un fuerza estética y sensible que parte de la necesidad de capturar en instantáneas y rápidas tomas “fotografías naturales, sin poses (…) en las que se manifieste una crónica de la vida”(5).
Por último, una narración no sólo constituida en la crónica de esas existencias en encuentro fortuito, sino en la particular mirada cromática, saturada, con las que el artista transforma esas imágenes en atmósferas volátiles, tal como se manifiesta en los espacios cromosaturados del artista venezolano Carlos Cruz-Diez.
Marcel del Castillo, en su viaje circular hacia lo micro enlaza de manera consciente diversos cuerpos imaginales, los cuerpos que constituyen su hacer y sus estrategias de intérprete de una realidad cercana, realidad que se le presenta en su continuo deambular. Las urbes sus escenarios, las personas y sus relaciones sus sentidos, en medio de los recorridos que se corresponden en este entrelazamiento de imagos, en los que cada espacio habitado o experienciado, configura el cruce de lo micro, de lo pequeño, de lo cotidiano en sus prácticas, y donde el recorrido individual emerge como un trayecto marcado por muchos otros, que escapan de las grande visiones, pues:
«Todo ocurre como si una ceguera caracterizara las prácticas organizadoras de la ciudad habitada. Las redes de estas escrituras que avanzan y se cruzan componen una historia múltiple, sin autor ni espectador, formada por fragmentos de trayectorias y alteraciones de espacios: en relación con las representaciones, esta historia sigue siendo diferente, cada día, sin fin» (6).
Historias sensibles al ojo que ve desde abajo, que comprende y responde a maneras de hacer diferentes, que en el caso de Round Trip operan dentro de otra espacialidad urbana y humana que ha sido seleccionada por un trashumante en continua instalación sensible.
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Notas:
(1) Aliaga, Juan Vicente, de Corral, María, Cortés G., José Miguel: “La reinvención de la experiencia. ¿Hay espacio para lo pequeño en un mundo global? En: Micropolíticas. Arte y Cotidianidad 2001-1968, (Cat. Exp.), Castellón, Espai d’Art Contemporani de Castelló, 2003, p.43.
(2) Castillo del Marcel: “Round Trip”. En: Marcel del Castillo.
(3) Round Trip, es publicado de manera independiente por el fotógrafo Marcel del Castillo y con un diseño personal en cuanto al ordenamiento narrativo del texto visual. Editado y publicado en Monterrey, México en mayo del 2016.
(4) Certeau, Michael: La invención de lo cotidiano. I Artes del hacer, México D.F, Universidad Iberoamericana, 2000, p.105.
(5) Bugni, Ana: “Ensayo: “Ray’s a laugh (2000) de Richard Billingham”. En: mdz (on line).
(6) Certeau, M. Ob. cit, p. 105.
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Notas bibliográficas:
Aliaga, Juan Vicente, de Corral, María, Cortés G., José Miguel: Micropolíticas. Arte y Cotidianidad 2001-1968, (Cat. Expo.), Castellón, Espai d’Art Contemporani de Castelló, 2003.
Bugni, Ana: “Ensayo: “Ray’s a laugh (2000) de Richard Billingham”. En: mdz (on line).
Castillo del Marcel: “Round Trip”, en: Marcel del Castillo.
Certeau, M.: La invención de lo cotidiano. I Artes del hacer, México D.F, Universidad Iberoamericana.
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