El pasado es un tiempo donde lo real concreto se mezcla con deseos y figuraciones. La naturaleza es alabada porque suscita el recuerdo. La distancia temporal con el pasado nos plantea el ejercicio de las desproporciones. La evocación embriagante siempre pretenderá sublimar las asperezas y deformar el mundo. Todo esto, hasta cierto término, podría ser humanamente comprensible.
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