Miriam Makeba en Caracas

Fecha de publicación: febrero 5, 2017

Sat wuguga sat ju benga sat si pata pat

Sat wuguga sat ju benga sat si pata pat

Sat wuguga sat ju benga sat si pata pat

Sat wuguga sat ju benga sat si pata

 

Hihi ha mama, hi-a-ma sat si pata

Hihi ha mama, hi-a-ma sat si pa

A-hihi ha mama, hi-a-ma sat si pata pat

A-hihi ha mama, hi-a-ma sat si pat

 

Las dos primeras cuartetas de Pata Pata.

Miriam Makeba fue una notable activista de derechos humanos nacida el 4 de marzo de 1932 en Johannesburgo, Suráfrica. Antes de cumplir los veinte años ya era una luchadora contra el racismo y el apartheid, y también cantante. Suráfrica es un país muy musical y sus ritmos son especialmente hermosos. En los años 50, Makeba empezó cantando con el grupo Manhattan Brothers y luego funda The Skylarks, fusión de jazz y música tradicional surafricana. Hasta aquí la carrera de Miriam Makeba era notable, incluso importante, pero en 1957 grabó una canción compuesta por su connacional Dorothy Masuka, que cambiaría su vida y marcaría la de varias generaciones. Se llamaba Pata pata.

Pata pata significa “Toca toca” en lengua xhosa, en la que fue escrita y grabada la canción. Seria lanzada en los Estados Unidos diez años después, en 1967, en un álbum que tenía el mismo título. Decir que fue un éxito planetario es quedarse cortos. Fue una auténtica locura. En Venezuela constituyó una fiebre. Fue una de esas pocas piezas que bailaban tanto los adultos como los adolescentes, e incluso los niños. En la radio la ponían cada media hora. Todavía, cuando la oímos es como evocar un recuerdo íntimo, una prueba de que sí hubo un pasado precioso, cuando Venezuela no era esta isla cultural, este estruendoso silencio donde solo suenan los lecos del dictador.

A pocos meses de entrar en circulación ‘Pata pata’ y convertirse, como hemos dicho, en un hit mundial, la cantante visitó Venezuela. Miriam Makeba llegó a Caracas contratada para presentarse en el Salón Naiguatá del Hotel Tamanaco los días 1, 2 y 3 de febrero, (por Venezuela actuaría Pipo Rivas). Y también se presentó en ‘Renny Presenta’, el show estelar de televisión de la época, que se transmitía por Radio Caracas TV (Canal 2), el domingo 4 de febrero, con la conducción de Renny Ottolina, también productor del espacio.

La imagen que ilustra esta nota, bien conservada en el Archivo Fotografía Urbana, fue tomada en la rueda de prensa que dio la famosa artista. Según ha escrito el periodista de espectáculos Aquilino José Mata, quien la recuerda como una mujer imponente y de avasallante personalidad, ella estuvo en la capital venezolana “de muy bajo perfil. No quiso conceder entrevistas y tuvo muy pocas apariciones públicas, fuera de las meramente artísticas”.

Pero la mamá de África, como era conocida, dio al menos una rueda de prensa. Aquí tenemos la prueba gráfica. El reportero que está a la derecha de la artista es Alfredo Schael, quien dice que la conferencia de prensa fue en el Hotel Tamanaco. Es lo que él recuerda, pero nadie se explica qué hace allí una niña en uniforme de colegio, aferrada a la baranda de una cuna de hierro como de hospital. ¿La escolar y la cuna estaban en el Tamanaco? ¿La rueda de prensa fue en un hospital de niños? ¿Por qué? Confiamos en que estas preguntas quedarán respondidas por los laboriosos lectores que con gran generosidad nos sacan de errores, corrigen imprecisiones y amplían la información.

Al preguntarle a Alfredo Schael quién tomó la fotografía, nos da una invalorable lección de historia del periodismo en Venezuela. Como no puede asegurar con certeza quién es el autor de la imagen, hace un recuento de quién ha podido hacerla. Schael puede establecer sin temor a equivocarse que en febrero de 1968, él trabajaba en El Universal, de manera que la foto fue hecha por un fotorreportero de ese diario. Nos cuenta Alfredo Schael que la plantilla de fotógrafos de El Universal era así: Julio Mesutti, Antonio Hueck Condado (Superman), Salvatore Veneziano y Rafael Mármol, en la fuente policial; Casto Noguera, en Deportes; Luis Bisbal, en el aeropuerto de Maiquetía.

“Mármol, Hueck, Noguera y Mesutti fallecieron. Veneziano sucumbió víctima de la explosión del tanque de combustible en Tacoa, que cubría para El Universal”.

Julio Mesutti, explica Schael, era sobrino del famoso Luis Noguera, quien trabajó en El Universal antes de incorporarse a la gerencia de relaciones públicas de la Shell de Venezuela como fotógrafo para las publicaciones internas. “Hijos de Luis Noguera se desempeñaron temporalmente en el departamento de fotografía de El Universal, donde Elí Saúl López Montaño fungía de ayudante para el revelado y copia además de atender el https://elarchivo.org/wp-content/uploads/2022/07/037929.jpgvo fotográfico del periódico (originales y clisés)”.

Aunque Julio Messutti cubría sucesos, también formó pareja profesional con Schael por varios años para atender la fuente de cultura y eventos especiales. Por los años en que Miriam Makeba estuvo en Caracas, ellos dos componían una dupla informativa. “Casi seguro”, dice Alfredo Schael, “que Julio Mesutti es el autor de la fotografía a Miriam Makeba en el Tamanaco”.

–Messutti se aficionó al canto. Interpretaba el repertorio de Carlos Gardel. Y lo hizo con éxito, tanto en Buenos Aires como en Caracas. Renny lo incluyó en alguna ocasión en su show televisivo. Era excelente fotógrafo. Poseía buenas cámaras, arte además de ingenio. Cubrió deportes, sección a cargo de Omar Lares y Álvaro Miranda. Cansado del diarismo y para justificar el deseo de retirarse, solía decir: «El ojo ya se me puso chiquitico de tanto cerrarlo para enfocar con el otro». Poco a poco, los compromisos y fama como cantante, apartaron a Julio del reporterismo gráfico. Su primo, Luis Noguera hijo, a la par de extraordinario fotógrafo -como otros de sus hermanos-, figura entre quienes mejor han estudiado e informan sobre el arte lírico en Venezuela y la historia de la ópera en el Teatro Municipal de Caracas, saga que aborda en un hermoso libro.

Del resto de las personas que aparecen en la foto, Schael no tiene memoria. Ignora, por ejemplo, a quién pertenecen las piernas envueltas en medias de seda sobre las que se apoya una libreta de reportera; quién es el hombre con lentes que se asoma a la izquierda; y quién es el de cabello ondulado de la derecha. “Recuerdo muy bien su rostro, pero me es imposible atinar el nombre. Puede suponerse que actuaba como intérprete. Makeba requería de traductor para comunicarse en Caracas”.

No necesito intérprete, sin embargo, para poner en su lugar a los impertinentes que interrumpían constantemente su show para exigirle una complacencia. Tal como ha reseñado Aquilino José Mata: “En La Boite protagonizó un pequeño percance, cuando un grupo de personas, mientras ella actuaba, le pedía a gritos incesantemente su célebre Pata Pata, a lo que ella, sin disimular su disgusto, paró el show y exclamó que lo haría en el momento en que estaba previsto y que no la cantaría bajo presión, pues su repertorio abarcaba mucho más. Los delirantes fans tuvieron que guardar silencio y esperar hasta poco antes de la conclusión del espectáculo, cuando finalmente la interpretó”.

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