Roma, 08 de marzo de 1941 – Caracas, 25 de septiembre de 2017
Artista visual, fotógrafo, y director de cine. Oscar Molinari es reconocido por su estilo innovador para transformar la fotografía, así como por sus aportes al desarrollo del cine experimental y el video arte en Venezuela. Su obra se caracteriza por una exploración de la imagen, la representación y el uso de medios visuales de forma multidisciplinaria.
Desde sus primeras exhibiciones, Molinari fue un pionero en la utilización de materiales no convencionales, como la fusión de recursos tecnológicos con técnicas mixtas, lo que le permitió crear piezas únicas que desafían las percepciones tradicionales del arte. Desarrolló su carrera artística entre París, Nueva York, México y Caracas.
Nació en Roma y creció entre Venezuela y Europa. A los 16 años se graduó de Bachiller y viajó a los Estados Unidos para continuar sus estudios de Filosofía y Letras en St. John’s College. El enfoque de esta escuela influyó en la formación intelectual de Molinari, quien mostró gran pasión por el arte y la literatura desde temprana edad. A los 19 años recibió un primer reconocimiento cuando gana el concurso de cuentos del diario El Nacional. Desde entonces publicó poemas y cuentos en la revista CAL.
A finales de los 60 regresó a Venezuela para incursionar en el cine como productor y director. En 1970 obtuvo el premio Oso de Oro en el Festival de Berlín con la producción del film El tiempo de morir. En 1972, dirigió la película Ojo de agua, producida por Tiuna Films, que recibió los premios al mejor cortometraje en el Festival de Cádiz (España) y en el New York Film Festival (Estados Unidos). Ese mismo año se instaló en Barcelona, España, y visitó a Salvador Dalí en Cadaqués. En 1973, de regreso en Venezuela, fundó junto a los cineastas Diego Rísquez, Carlos Azpúrua, Carlos Oteyza y Julio Neri el Taller de Cine Independiente de Caracas y organizó el I Festival de Cine Nuevo Venezolano. En 1974, volvió a Estados Unidos y estudió dirección de actores, con Lee Strasberg, y animación y montaje de cine, con Alejandro Jodorowsky, en la Universidad del Sur de California. En 1975, escribió y dirigió el cortometraje La bicicleta, filmado en Paraguaná y producido por Tiuna Films.
Al mismo tiempo, Molinari desarrolló su propuesta artística con diversos soportes fotográficos en especial con la Polaroid. Participó en exposiciones y publicó en revistas culturales en México y Venezuela, como la Revista Estilo.
Su obra destaca por su carácter multidisciplinario en el que interviene las imágenes con diferentes dispositivos, desde la fotografía analógica al video y otros medios electrónicos. En una entrevista a Luster Magazine, del 16 de diciembre de 2016 dijo el artista sobre su obra:
“… Yo empecé modificando las Polaroids, después interviniendo las fotos y los videos, después Polaroids de los videos, interviniendo los videos y las Polaroids… y todos esos medios se fueron acumulando, se fueron sumando y los fui usando todos. En los trabajos de ahora hay fragmentos que vienen de videos, de la fotografía, partes dibujadas. Si aprendo más oficios, se los iré añadiendo”.
En 1986 exhibió su primera muestra individual Refotografía y fotopintura (Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber, MACCSI, Caracas). En 1990 realizó tres exposiciones en Caracas: The Pool, videochromes (MACCSI), Inter-medios. Refotografía y fotopintura (Galería Astrid Paredes) y Secuencias (Galería Propuesta Tres). Le seguieron El viento. Instalación, fotografías y video (Espacios Unión, Caracas, 1995); El sueño (Laboratorio de Arte Contemporáneo, LAC, Caracas, 2000); Los pájaros (Galería Dimaca, Caracas, 2002); Oscar Molinari. 5 segundos más de vida (Galería 39, Caracas 2007); Video amantes. Oscar Molinari (Galería Fernando Zubillaga, Caracas, 2008); Impúdicas exquisitas (Galería Fernando Zubillaga, 2012), y América 1600 (Galería Dimaca, 2015).
Sus obras pueden considerarse de una corriente “neo-pictorialista” en el marco del arte post-moderno desarrollado a finales del siglo XX, como expresa la investigadora María Teresa Boulton en su libro referencial Anotaciones sobre la fotografía contemporánea venezolana (Monte Avila Editores, 1990):
“… Molinari comienza a producir imágenes a través de soporte fotográfico, fundamentalmente película Polaroid, para captar situaciones proyectadas en la pantalla de video, que luego son intervenidas en la propia emulsión de la Polaroid y posteriormente manipuladas nuevamente, en su espacio aliado, por alguna pintura. De esta manera, Molinari es un verdadero alquimista de diferentes lenguajes visuales produciendo obras que se ajustan a las búsquedas artísticas que transitan entre lo pictórico, lo fotográfico, lo electrónico, convirtiéndolas en objetos sumamente seductores”.
Entre sus exposiciones colectivas destacan Los 80. Panorama de las artes visuales en Venezuela (Galería de Arte Nacional, GAN, Caracas, 1990), y Venezuela. Nuevas cartografías y cosmogonías (GAN, 1991). En 1994, exhibió El grito en el Museo di fotografía Ken Damy (Brescia, Italia, 1994). En 1995, expuso en Héroes, Mitos y Estereotipos (Espacios Unión, Caracas); en 1997, formó parte de Caballo de Troya (Museo Jacobo Borges, Caracas), en 2003, participó en el II Salón de Arte Exxon Mobil de Venezuela (GAN); en 2014, fue parte de Vórtice en campos de fuerza (La Caja, Centro Cultural Chacao, Caracas), y en 2015, participó en Realidades instantáneas en la Sala TAC (Trasnocho Cultural, Caracas).
En 2024, la galería Spazio Zero, en Caracas, inauguró la muestra póstuma Oscar Molinari. La imagen (des) articulada en homenaje a su trayectoria artística, bajo la curaduría de Sagrario Berti y en colaboración con la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), Capítulo Venezuela, dirigida por la investigadora María Luz Cárdenas.
Sobre la obra y legado de Molinari, Sagrario Berti escribe en el «Papel Literario» (El Nacional, 13/07/2024):
“Creó imágenes en diferentes dispositivos, no solo en cine, también en video, fotografía analógica, y en medios electrónicos con el propósito de representar “realidades alternas” mediante efectos de distorsión que le ofrecían las tecnologías de grabación y le permitían agregarles cualidades pictóricas. Hería la emulsión de la Polaroid o le sumaba pinceladas de color a las copias. Elaboró imágenes de origen pictórico que al mismo tiempo son fotografías pintadas. En su universo visual predominaba la constitución morfológica de la imagen…”.
Su obra está presente en colecciones públicas y privadas, entre las que destacan el Museo Reina Sofía en Madrid y Museo Arte Contemporáneo Sofía Imber en Caracas. El Archivo Fotografía Urbana conserva sus videos The pool (1990) y El viento (1995) y una nutrida selección de sus Polaroids.




