Desde el Archivo Fotografía Urbana reproducimos un poema del escritor y periodista venezolano José Pulido escrito en el 2017 y que acompaña ahora una imagen de la fotógrafa venezolana Fina Gómez, de su serie El barco encallado (1964), que forma parte de nuestra colección.
Otra vez el mar
Nunca las gigantescas ballenas que saltaban
pudieron intuir la amarillenta faz, las dunas tragadoras de fuego
las caravanas de ojos escondidos, la carne reseca, la boca salada
En las arenas de encima han encontrado tumbas adornadas
para que el olvido nunca se aparezca con su ausencia de detalles
y nadie excavará, pero muy por debajo hallarían
los huesos retorcidos de la primera imaginación
En esta cárcel han perecido muchos perversos seres
y otros han desarrollado su navegación interior
en el mar que cada quién posee, somos alimañas en aguas divinas
En este hospital han nacido, han perecido y se han salvado
muchos extraños habitantes
aquí también hubo mar, pero no quedó ni una sola concha porque la muerte es la señora de la limpieza
Alguna vez he sido el mar de las señoras, de las ancianas,
de lo que se ha estado yendo como un perfume derramado,
y me han colocado en el oficio
de escuchar confesiones tan íntimas y dolorosas como arpones entrando
en mis amados cachalotes
Sé convertirme en una lágrima y he sentido grandes deseos de serlo
de quedarme viviendo en una sola gota adolorida
y recorrer la cara, el rostro
que a lo largo de siglos hemos querido conocer.
Y he caído y ha sido terrible no poder levantarse
Durante millones de años he sido el mar y a veces me pregunto
si estoy consciente de la hora correcta
debería consultar a las sirenas como antes lo hacía, pero los terribles sordos lanzaron sus anzuelos
Por el lomo del mar viajaban miles de barcos cargados de espadas
de cañones, de oro y seda, de maldades y bondades, de terror y de palabras.
Solo estoy añorando los idiomas hundidos