El pasado es un tiempo acumulativo. Diría que oculta una enumeración infinita, imposible de memorizar íntegramente. Mientras el presente es disperso y no logramos comprenderlo en toda la complejidad de sus detalles; el futuro se construye sobre nuestras ilusiones y nuestro escaso poder para enmendar lo que ya hemos hecho. Ahora bien, hablar del pasado es referirse a un infierno memorioso que algún día nos alcanzará. Y luego de apropiarse de nuestro nombre, se escribirá una coma, y después el nombre de otro (desconocido), y otra coma, y otra. El pasado es una coma infinita.
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