Los Museos del período pre-chavista tenían sus miserias. En sus Directivas no estaba lo más granado de aquel tiempo. Claro que participaba la intelectualidad del momento, mucho más que en este lamentable presente. Pero lo que recuerdo con admiración de aquel entonces, eran los funcionarios de grados intermedios: montadores, museógrafos, curadores, que laboraban en los departamentos de investigación, o fueron simples miembros del equipo de mantenimiento. Sobre ellos recaían los méritos de aquel momento de lustre inolvidable. Ese grupo humano (casi invisible) le dio a los museos la jerarquía de respetables instituciones.
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