La entrega #34 de «Apuntes sobre el fotolibro» amplía importantes puntos sobre el fotolibro Expedientes de Juan Toro Diez. Para la investigadora este libro es una parte importante de nuestra historia actual, de esa historia a la cual pertenecemos y de la que formamos parte activa o ‘pasiva’.Toda la narración fotográfica está estructurada por el autor a partir de fragmentos, pequeñas iluminaciones donde cada serie encierra una historia particular, y a la vez colectiva, de este convulsionado presente que todos vivimos.
Es un tiempo en que los «consejeros pérfidos» se encuentran en plena gloria luminosa, mientras que los resistentes de todas clases, activos o «pasivos», se transforman en huidizas luciérnagas tratando de hacerse tan discretos como sea posible mientras continúan emitiendo sus señales.
Georges Didi-Huberman: Supervivencia de las luciérnagas.
Juan Toro Diez (Caracas-1969) apuesta en su fotolibro [Expedientes]. Fragmentos de un país (2015) [1], a la luz intermitente de las luciérnagas que, escondidas en el mundo de una sociedad de la imagen, espectacularizada en su crueldad y políticamente polarizada, mantienen la tenue luz de su consciencia. Su medio de aparición: el fotográfico conducido a un intencionado espacio de representación: el libro, como medio idóneo para la presencia testimonial de otro tipo de imagen, la que obligada a ser olvidada obtiene otro modo presencia, de sujeto real, dentro de la confusa historia de la que es participe en esta Venezuela actual llena de desconciertos y de carencias.
De allí, Toro Diez desprende capas de realidad en su insistente tarea de organización de la imagen, de su propuesta simbólica, pues, sus [Expedientes] transitan dentro de un escenario en el que se nos devuelve la fuerza y el sentido radical del objeto, ahora imagen, la cual emite señales, como las luciérnagas, y que nos impelen a realizar su desciframiento por medio de la capacidad que posee la fotografía para “fragmentar y ordenar clínicamente la realidad” [3], para con ello generar una narratividad distinta de la que emerge una ilusión de un presente más allá de la verdad, en la persistencia de lo visto y su posterior simbolización.
[Expedientes], traduce nuestra violencia cotidiana, política y social al acudir a otro tipo de estructura discursiva de la imagen, en la que la descarga del drama diario que nos ocupa genera otro tipo de espacios relacionales con la misma, ya que, nos conduce a la concientización de un sin número de problemáticas que se mantienen en la operatividad de una violencia que surge desde diversos lugares, no sólo físicos sino también dentro del pensamiento, ante el cual es imposible “extirpar todo principio del mal (…)” [7], y donde toda espiral descendente de las evidencias sólo puede ser contrarrestada por las voces del silencio, por las luces de las luciérnagas, que no permiten el olvido “con un golpe de fuerza inverso, sobrepujándolo: sobre la insignificancia con la nada, sobre lo visible con las apariencias, sobre lo falso con la ilusión, sobre el mal con lo peor” [8].
Tal vez sólo allí, en la comprensión del exceso simbólico y subjetivo de los prístinos e impolutos objetos/imágenes de [Expedientes], hallemos una explicación de lo visible con su apariencia, porque, despojadas de su crueldad lucen como formas, que arrancadas de su realidad nos transportan por un más allá de lo «real», en lo que la verdad sólo es verdad bajo un golpe en el ojo. Un golpe en nuestra consciencia, pues los [Expedientes] de Toro Diez son movilizados en medio de la superación de la imagen misma del objeto, de su verdad, pues, dependen de otro lugar de interpretación. Debido a que han sido capacitados y dotados para generar un nuevo campo de sentido en el que la necesidad de comprendernos emerge a través del filtro de la subjetividad-objetiva del artista, participe de las representaciones de su presente.
[Expedientes]. Fragmentos de un país, es parte importante de nuestra historia actual, de la historia a la cual pertenecemos y de la que formamos parte activa o «pasiva». Ellos han materializado la luz de las luciérnagas para su no olvido, para su resistencia. Toda la narración fotográfica es presentada en fragmentos, pues cada serie de [Expedientes], encierra una historia particular, y a la vez colectiva, de este convulsionado presente. [Expedientes] acompañados por los textos de Nelson Garrido, Félix Suazo, María Isoliett Iglesias, Alberto Asprino, Lourdes Peñaranda, Salvatore Elefante, Carla Balbuena, María Colombo y Luis Vicente León, todos leedores conscientes de la realidad que atravesamos, y que juntos a Juan Toro Diez, logran escapar, en este fotolibro, de la oscuridad en medio de la iridiscencia de las luciérnagas de las cuales forman parte.
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[1] [Expedientes] Fragmentos de un país. Fotografías: Juan Toro Diez fue publicado por Ediciones B Venezuela S.A en diciembre de 2015.
[2] Guasch, Anna Maria: El arte en la era de lo global. 1989ǀ2015, Madrid, Alianza Forma, 2016, p.352.
[3] Guasch, Anna Maria: Arte y https://elarchivo.org/wp-content/uploads/2022/07/037929.jpgvo 1920-2010, Madrid, Akal/Arte Contemporáneo, 2011, p.27.
[4] Didi-Huberman, Georges: Supervivencia de las luciérnagas, Madrid, Abada, 2009, p.12 (las cursivas son nuestras).
[5] Peñaranda, Lourdes: “[Expediente: Fragmentos]. –Presentado lo impresentable. La posibilidad de lo sublime en el siglo XXI”, en: [Expedientes] Fragmentos de un país. Fotografías: Juan Toro Diez, Caracas, Ediciones B, 2015, p.65.
[6] H.: “Juan Toro Diez muestra otra perspectiva de la violencia”, en: El Nacional, http://www.el-nacional.com/noticias/arte/juan-toro-diez-muestra-otra-perspectiva-violencia_204545, (en línea), 09/12/17.
[7] Baudrillard, Jean: El crimen perfecto, Barcelona, Anagrama, p.33.
[8] Ídem: p.33.
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