Bilbao, Vizcaya, España, 1938 – Caracas, Venezuela, 2016
Fotógrafa y diseñadora gráfica de origen español, Soledad López fue una creadora visual activa entre las décadas de 1970 y 1980. Su primer acercamiento a las artes fue a través de la literatura, aunque posteriormente se dedicó con mayor profundidad a la fotografía, gracias, en parte, a la influencia y enseñanzas de fotógrafos como Alexis Pérez-Luna y Vladimir Sersa.
Llegó a Venezuela junto a sus padres y un tío a inicios de la década de 1950, asentándose en Caracas.
Estudió Diseño gráfico en el Instituto Neumann, en Caracas, entre 1970 y 1975, donde más tarde se desempeñaría como docente. Al egresar del instituto trabajará como diseñadora gráfica para el CONAC (Consejo Nacional de la Cultura) y realizará otros trabajos de diseño para diversas instituciones y entes privados.
Durante este periodo entra en contacto con el grupo de artistas que se forman en fotografía de la mano de los artistas Claudio Perna y Roberto Obregón.
En 1972 inicia una serie fotográfica sobre el Cementerio General del Sur, su cuerpo de trabajo más conocido. Sobre esta serie comenta la historiadora de la fotografía María Teresa Boulton que López “aísla las sinuosidades estatuarias y resalta la frialdad que la piedra en su textura confiere, como símbolo mortal, a aquellas móviles alegorías de la vida.”
Entre 1975 y 1976 viaja a Londres para cursar estudios en la Slade School of Fine Arts (University College) y, más tarde, entre 1980 y 1982, a África, especialmente a Angola, donde realizará reportajes y registrará el paisaje y naturaleza de la región.
A lo largo de los años López desarrolló una rica actividad como docente, ayudando a formar a las nuevas generaciones de fotógrafos y de foto aficionados a través de sus cursos en el Instituto Neumann, la Universidad Simón Bolívar y el Centro Americano para la Investigación de la Fotografía y Universidad de Los Andes en Mérida.
Su muestra individual Lo que traigo de Paraguaná…, en la galería La Pirámide en Caracas, en 1979 fue bien recibida y fue objeto de una reseña el 08 de marzo de ese mismo año en el diario El Universal titulada “Los ojos de Soledad López: una fotografía de signos”.
Participó en múltiples exposiciones colectivas en Venezuela, Brasil, Ecuador, México, Canadá e Inglaterra entre las que destacan: Hecho en Latinoamérica. Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía, Consejo Mexicano de Fotografía (México, 1978), Octubre libre, La Fototeca (Caracas, 1978), Los venezolanos, en la Photographer’s Gallery (Londres, 1979), donde exhibió una serie sobre niños en situación de pobreza extrema; Cuando las ventanas son espejos, en el Museo de Bellas Artes de Caracas (muestra curada por María Teresa Boulton en 1982), El riesgo, en la galería Los Espacios Cálidos (Caracas, 1984), la muestra itinerante Cuarenta años de fotografía artística en Venezuela (Brasil, Canadá, Ecuador y Venezuela, 1985-1986), Plural, en la Alianza Francesa de Chacaito (Caracas, 1992) y la III Bienal Christian Dior, en el Centro Cultural Consolidado (Caracas, 1993).
Realizó dos fotolibros a lo largo de su carrera: La Cuadra del Banco de Venezuela (1978), con fotografías suyas, texto del cronista y columnista de El Universal, Guillermo José Schael, diseño de Danielle Pinaud y material de https://elarchivo.org/wp-content/uploads/2022/07/037929.jpgvo de Carlos Eduardo Misle; y ¿Quién soy de dónde vengo a dónde voy? (1983) con textos del psiquiatra Humberto Blanco A., diagramado y diseñado por López y en el cual publica algunas de sus fotografías de árboles y paisajes realizadas en el estado Falcón y durante su viaje a Angola.
Su obra apareció en publicaciones como la Revista N del Instituto Neumann (números 5 y 6) y la Revista M, cuyo número 71 (1981) estuvo dedicado a la “nueva fotografía venezolana”, y ha sido reseñada en títulos como Anotaciones de la Fotografía Venezolana (1991) de María Teresa Boulton y en el Diccionario de la Artes Visuales en Venezuela (2005) realizado por la Fundación Galería de Arte Nacional.
Soledad López falleció en la ciudad de Caracas, el 15 de mayo de 2016, dejando un vasto trabajo fotográfico que abarcó desde el retrato y la fotografía publicitaria, pasando por la fotografía documental, el paisaje, la fotografía de arquitectura y el fotorreportaje. Su vida y su trabajo han sido poco estudiados y, como comenta el investigador Harrys Salswach una investigación más profunda de su obra fotográfica es uno de los capítulos pendientes en la historia del arte venezolano.
El Archivo Fotografía Urbana conserva en su patrimonio la colección de fotografías en blanco y negro de la autora realizadas tanto dentro como fuera del país, así como algunos documentos personales.
