Sólo sabemos que se llama Sandra

Fecha de publicación: julio 17, 2016

Con desigual éxito solemos difundir estas imágenes, todas propiedad del Archivo Fotografía Urbana, como primer trámite al comenzar la investigación para escribir estas notas. Lo habitual es que recibamos numerosas respuestas con información acerca de las personas que aparecen en las gráficas y su circunstancia. Pero esos datos no suelen coincidir. Más aún, lo común es que sean discordantes entre sí. Fuentes muy autorizadas divergen en sus puntos de vista, en sus recuerdos, en sus convicciones. La escritura de cada nota pasa por una maraña de conjeturas. En algunas ocasiones hemos tenido un golpe de fortuna y la hija de un olvidado funcionario ya en retiro lo reconoce, nos contacta y la historia atrapada en la foto comienza a cobrar vida como una antigua rosa que en leve contacto con el agua recobra su frescura. Pero en tantas otras ocasiones el cuento es elusivo y apenas si podemos arañar migajas.

Éste es el caso de la mujer de blanco que brega a codazos para hendir el compacto bosque masculino. Hace varias semanas empezamos la circulación de esta imagen, que corresponde a la juramentación de Carlos Andrés Pérez como  séptimo presidente constitucional de Venezuela, con el propósito de recabar información más allá de la disponible en https://elarchivo.org/wp-content/uploads/2022/07/037929.jpgvos de periódicos y en entrevistas con los testigos sobrevivientes. Así recopilamos los nombres de todos los presentes (aún cuando persisten dudas acerca de la identidad de algunos de los uniformados)… excepto el de la mujer de blanco. A estas alturas, tras mucho enviar la foto a quienes pudieran tener memoria del evento y de sus participantes, sólo tenemos su nombre de pila. Y tenemos fuertes indicios para pensar que se trata de una funcionaria de seguridad del presidente Pérez, adscrita en ese momento a la Disip.

Qué va a ser doña Blanca, por favor

La reacción inaugural, cuando pusimos la foto en la red social Facebook (vía, por cierto, muy fecunda en pistas) fue apuntar a que la mujer era la primera dama Blanca Rodríguez de Pérez, quien, según aventuraron algunos, habría quedado rezagada por ciertos intríngulis de la peripecia personal del jefe del Estado… la verdad histórica es que el camino entre el hotel Hilton, donde el presidente electo Carlos Andrés Pérez había pasado los días anteriores a la toma de posesión —ocurrida el 2 de febrero de 1989—, y el Complejo Cultural Teresa Carreño, donde tuvo lugar el evento, fue recorrido por el tachirense no con su esposa sino con su compañera sentimental ya de varios años, Cecilia Matos. Entre el Hilton y el Teresa Carreño hay una pasarela, ese día alfombrada, que el presidente cruzó con la señora Matos y no con la madre de sus seis hijos, quien lo había acompañado en el exilio de una década que los retuvo entre Colombia, Panamá, Cuba y Costa Rica. Pero, naturalmente, quien ocupó el lugar de honor en la sala Ríos Reyna fue doña Blanca, quien, presumiblemente, apenas habrá sido saludada por el eufórico presidente, quien no habrá tardado en dejarla librada a la compañía de los profesionales de protocolo.

Pero no era propio de doña Blanca de Pérez andar desmoñándose detrás de Pérez, ni mucho menos estrujar uniformes para llegar a él en un acto público. Para algunos, la mujer de blanco se parece a la primera dama del periodo 1989-1994 (abruptamente interrumpido en 1993 por la crisis política que redundaría en la suspensión de Pérez en el ejercicio de la Presidencia). Pero no lo es. “Imposible”, descartan quienes han conocido a la serena doña Banca y dan fe de que “ella siempre se dio su lugar con mucha dignidad”.

Se llama Sandra. Su apellido no lo sé

“Esa es de seguridad”, dictaminó la periodista Edén Valera cuando vio la foto en Facebook, con aplomo que llamó la atención, puesto que uno de los sobrevivientes de ese día aseguró que se trataba más bien de “una loquita de las que nunca faltan alrededor de los presidentes y políticos”. Pero la periodista Rosana Ordóñez remató: “Se llama Sandra y era de la Seguridad de Carlos Andrés Pérez. Una escolta de la Disip. Estuvo luego en La Casona”.

Sandra debió tener una posición de relevancia en el equipo encargado de custodiar al presidente, puesto que el operativo de seguridad de ese día contemplaba el despliegue de mas de cinco mil profesionales de inteligencia, además de los efectivos de Casa Militar. Recuérdese que estaban invitados 26 presidentes y jefes de estado, a lo que debe agregarse personalidades como García Márquez y montones de directivos de organismos multilaterales. De manera que para estar en esa escalera, así sea a empellones, debía estar en el cogollo de segurosos, ¡por encima de cinco o seis mil hombres! Qué les pasa. Sandra estaba en el ajo.

Con la divulgación de estas líneas no termina la pesquisa. Sandra, si usted topa con esta nota, comuníquese con nosotros. Queremos saber quién es usted, por qué arrugaba guerreras con tanto desparpajo. ¿Logró llegar? ¿De quién era ese sombrero? ¿Sí dice “Presidente”, como creemos?

La magistral foto de Tom Grillo seguirá siendo la misma, pero el texto estará en permanente cambio mientras aparezcan informantes que nos aporten nuevas visiones y nos saquen de errores.

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