Rafael Cadenas: este presente es todo

Fecha de publicación: mayo 8, 2023

En la primera semana de mayo, el poeta Rafael Cadenas (Barquisimeto, 8 de abril 1930) estuvo por primera en Barcelona. De Madrid es un asiduo, dice su hija, pero en Cataluña no había estado nunca. Y el recibimiento fue fastuoso. En el evento pautado en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona la sala se llenó antes de que un grupo de venezolanos pudiera entrar. Lo esperaron en la entrada y cuando el larense llegó se encontró con una multitud que coreaba el Gloria al bravo pueblo.

Era uno de los momentos culminantes de la ruta al Premio Cervantes 2002 (entregado a Cadenas el lunes 24 de abril de 2023 de manos de los reyes de España). Un reconocimiento a la obra de un poeta que ha caído como brisa fresca a un país que, según observó el ensayista Nelson Rivera, mientras veía el acto de premiación por YouTube, por fin derramaba lágrimas de alegría.

Entre la entrega del galardón, considerado el Nobel de la literatura en español, y el viaje a Cataluña, estuvo la apertura de la exposición exposición Este presente es todo. Rafael Cadenas. Homenaje al Premio Cervantes 2022, en el Museo Luis Gonzáles Robles, de la UAH (Universidad de Alcalá de Henares). Una actividad organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte de España y la UAH, con la colaboración de El Archivo (Archivo Fotografía Urbana), de Venezuela.

—Esta exposición se hace para todos los premios Cervantes —explica la catedrática Paula Cadenas, profesora de literatura hispanoamericana en la Universidad de Montpellier, Francia, e hija del laureado—. La particularidad en este caso es que es la primera vez que el comisariado de la muestra recae en un familiar del premiado.

Esta colaboración entre la UAH y Paula Cadenas, quien se convirtió en el enlace de la institución con la familia, abrió el acceso a una serie de documentos de los que de otra manera hubiera sido muy difícil, por no decir imposible, disponer. «Silvio, mi hermano, y yo, en fraternal complicidad, habíamos ido avanzando en el estudio y organización de los archivos. Esto nos permitió incluir en la muestra documentos singulares, como un ejemplar, el único que existe, de “Una isla”, que fue publicado a manera de esténcil, mecanografiado por mi mamá».

Así como a Rafael Cadenas lo han seguido las muchedumbres venezolanas en su paso por España, Paula y su hermano Silvio no estuvieron solos en el trabajo de selección y levantamiento de las piezas que se exhibirían en la exposición.

Tiempo contado

—El 9 de enero de este año —recuerda Diana López, fundadora y directora del Archivo Fotografía Urbana— recibimos en nuestra sede de San Román, Caracas, la visita de Rafael Cadenas y sus hijos Paula Cadenas González y Silvio Orta González. Les mostramos con todo detalle cómo trabaja El Archivo y cuáles son los servicios que este presta. En esa ocasión surgió la iniciativa de integrarnos a las instituciones que ya estaban trabajando para la exposición que se inauguraría el 27 de abril, en la Universidad Alcalá de Henares. Pero estábamos a pocas semanas de la apertura. Se puso en marcha una actividad febril con nuestro equipo. Teníamos mucho que hacer, muy poco tiempo y muchas expectativas: la exposición debía estar a la altura de la importancia del premio, de la curiosidad que la figura de Cadenas estimularía y, sobre todo, del país que este representa.

Con Paula Cadenas como comisaria y Silvio Orta al frente de la digitalización de los materiales, el equipo de El Archivo se alineó en el objetivo de preparar las piezas: fotografías, manuscritos (algunos inéditos), portadas de libros… «Todo empezó a marchar sobre ruedas», dice Diana López, también artista plástica. «Fue un trabajo muy hermoso e intenso, muy enriquecedor para un equipo que aceptó el reto de hacerlo todo en dos meses; y hacerlo bien. Todos nos abocamos a este proyecto».

—Los archivos personales y familiares —dice Diana López— contribuyen a contar la historia de una colectividad. El acervo de la familia Cadenas se complementó con una selección de fotos de nuestro archivo: imágenes de Caracas, de la Universidad Central, fotografías de Ramón Paolini y de Tito Caula, entre otros. Fue un trabajo de varios equipos en distintas ciudades, desde Montpellier, Francia, donde vive Paula; desde Madrid, donde se encontraban la artista y diseñadora Teresa Mulet, quien se encargó de la museografía y diseño del catalogo, y Natalia Garcés, comisaria de la Universidad de Alcalá de Henares; y desde Caracas, Silvio Orta, Vasco Szinetar, Maurelyn Rangel, Astrid Hernández, y yo desde El Archivo, y Natalia Díaz, profesora de Literatura de la UCV .

Maletas a rastras

La entrevista para esta nota fue concedida por Paula Cadenas mientras hacía reservaciones de tren, sacaba maletas de una habitación de hotel, respondía solicitudes de entrevistas a su padre, se aseguraba de que este descansara y estuviera cómodo, y revisaba la agenda para garantizar puntualidad.

—Para mi curaduría —responde con voz jadeante y la amabilidad de siempre— partí de imaginarme los recorridos de mi padre… Las exposiciones que se han hecho con los autores que han obtenido el Premio Cervantes, suelen hacerse sobre la obra del autor premiado. Yo tomé la decisión, un poco arriesgada, dado el carácter reservado y extrema timidez del autor, de indagar en su vida. De resultas, es la primera vez que se exponen de forma tan abierta e hilada aspectos de la biografía del escritor.

«Partiendo de que uno de los hilos conductores de la obra de mi padre es su combate con el ego, nos planteamos cómo presentar lo autobiográfico sin que fuera yoico; esto es, sin que lo personal, la individualidad del sujeto, tuviera un peso excesivo. Era todo un desafío, particularmente en el número y tipo de retratos que incluiríamos. Fue un trabajo muy a pulso. Optamos por poner el énfasis en cinco recorridos».

El primero fue cronológico, la biografía del autor de En torno al lenguaje. «Esta parte», dice Paula, «se hizo con los aportes de su hermano, José María Cadenas. Nuestro interés apuntaba a presentar una vida en el marco de un país, de un devenir nacional. Con ese objetivo, incorporamos imágenes y documentos informativos del contexto venezolano. Para mí lo fundamental era que la exposición no se tratara de Rafael Cadenas, lo que hubiera disgustado a mi padre e ido contra su voluntad más profunda, sino que su figura constituyera la coartada para hablar de Venezuela. De allí que la primera parte del recorrido, en el espacio de la exhibición, está dedicada a imágenes del país. Esto pudo cumplirse gracias a la alianza que establecimos con Diana López y con el Archivo Fotografía Urbana, que puso a disposición de este proyecto una formidable colección de imágenes y un equipo humano extraordinario, que se alineó con mi hermano Silvio en la investigación (me refiero a escarbar en la casa hasta el último recodo, en búsqueda del último papelito que pudiera albergar interés), y en los pormenores técnicos. En cuestión de semanas se digitalizó el archivo de la familia, documentos que forman parte de la memoria de nuestra casa, pero que también son patrimonio del país».

—La otra línea argumental de la exposición es lo femenino, cuyo vector es “Una isla”, metáfora de lo perdido. En otro tramo está Milena, mi madre, la compañera, la amada. Luego están los amigos, los contemporáneos. Nuestro querido Vasco Szinetar no solo nos cedió fotos de su autoría sino ejemplares de Tabla Redonda, con los que tapizamos una pared de la muestra. Esas otras voces, las de sus compañeros y colegas, dan una polifonía que aporta complejidad y belleza a la exhibición. El resto de la sala, que son más 80 metros cuadrados, está consagrado a la obra. Aquí ya no hay retratos, solo escritura. La obra se hace cuerpo y emprende el recorrido del pensador, el profesor, el autor… En las paredes florecen textos. Para la museografía contamos con Teresa Mulet, quien viene desarrollando desde hace mucho tiempo la perspectiva del “libro abierto”, del libro expandido. De Teresa Mulet son los penetrables con los poemas gigantes (van del piso al techo), que ella había presentado en 2016 en el Centro Cultural El Hatillo, Caracas. Aquí lo hicimos también. Y terminamos trabajando en el catálogo con el mismo espíritu: esto no se trata únicamente de la vida y obra de un poeta, esto se trata de un país. Ha sido un trabajo muy intenso, de mucha gente, muchos creadores, muchos fotógrafos. Mucha pasión».

Un hombre a pie, literalmente

—Rafael es muy cercano a nuestras instituciones —dice Diana López—. Es presidente vitalicio de la Fundación Cultura Urbana y, por ende, nosotros, como fundación hermana de El Archivo, hemos estado siempre muy cercanos.

Al pedirle una un breve perfil del primer venezolano que obtiene el Premio Cervantes, desde su creación en 1976, Diana López dice: «De Cadenas apreciamos su lucidez, humildad, sabiduría y sencillez. Literalmente, es un hombre de a pie, que hasta hace poco se movilizaba en transporte público, que suele participar en los eventos culturales, festivales y encuentros literarios, donde es una presencia familiar. Que aparece silencioso en librerías, en plazas y centros culturales. Sin pompa, sin esperar atenciones especiales, un hombre siempre gentil, que sabe ver y escuchar. Esa experiencia se repitió en la sede de El Archivo, aquella tarde de enero, cuando nos visitó con sus hijos».

—Esperamos —añade— que esta muestra pueda hacer itinerancias en otros espacios expositivos y otras universidades Europa y América. El extraordinario catálogo es una edición especial, limitada, de 500 ejemplares impresos, luego será distribuida en formato digital sin ningún costo.

Versos en la calle

La exposición sobre Cadenas en la Universidad Alcalá de Henares es, coinciden ambas entrevistadas, un esfuerzo plural, colectivo, al que arrimaron el hombro, además de la familia, la Fundación Cultura Urbana y el Archivo Fotografía Urbana, Prodavinci, con textos, La Poeteca, con lecturas de poesía, la UCV, el Papel Literario (de El Nacional), muchos fotógrafos y más de 20 escritores, entre ellos Sergio Ramirez, María Fernanda Palacios y Fernando Savater.

—Al final del recorrido —dice Paula— está “La recepción”; es decir, cómo se recibe y cómo convive la obra de Rafael Cadenas con su tiempo, y qué se hace con lo que esa obra convoca y moviliza. Ahí está, entre otras, la maravillosa caricatura de Rayma y una serie de monitores entre los que encuentra uno asomado a la comunidad de lectores de Cadenas. Con la librería El Buscón, La Poeteca y la FCU, habíamos lanzado un hashtag con el nombre de la exposición Este presente es todo. Todo el que se sumara, durante 24 horas, leyendo a Rafael Cadenas, iba a aparecer en ese último monitor. La idea es que se viera que esa obra ha crecido y se ha robustecido gracias a sus lectores. Con ellos cerramos. Como una conclusión abierta al futuro.

«Quiero agradecer la generosidad de muchas personas, en Venezuela y en España. Ayer vi a mi papá, a pesar del agotamiento, tan animado, tan contento. El afecto que le ha dado España ha sido enorme y la devoción que le han demostrado los venezolanos… qué puedo decir, abrumadora. Quiero agradecer a la Fundación Cultura Urbana y al Archivo por su invalorable colaboración, al Ministerio de Cultura y Deporte de España, así como a la Universidad de Alcalá por esta oportunidad, por habernos dado un espacio para que estemos todos, todo el país, toda Venezuela.»

Lea también el post en el portal de Prodavinci.

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