Explorador de la identidad ‘queer’, este creador de narrativas visuales expone en Arco, prepara una gran retrospectiva en Madrid y presenta un libro fotográfico que repasa su obra
Establecido en España desde hace veinte años, Alexander Apóstol explora dos grandes temas. La identidad personal, donde confluye lo transgénero y LGTBI, y la política, donde alerta de los totalitarismos. Con su país natal, Venezuela, como punto de partida, alerta del auge de los extremos en Europa. Nacido en 1969, acumula sin embargo más de tres décadas de trabajo artístico multidisciplinar, en el que explora la fotografía y el vídeo, y su obra se encuentra en las colecciones de museos como el Pompidou (París), Tate Modern (Londres), Guggenheim (Nueva York) o el MUSAC (León).
Lunes
2.00 horas. Estoy en el aeropuerto de Dallas, Estados Unidos. Vengo de Denver, donde estuve una semana, invitado por el Museo de Arte de Denver. Impartí una conferencia que titulé ‘Posturas, posiciones y resituaciones de la identidad ‘queer’ en las Américas’.
5.00 horas. Nunca duermo en el avión. Así no tengo ‘jet lag’. Me dedico a trabajar para no aburrirme. En este regreso preparo lo que diré durante la presentación de mi libro que edita Archivo Fotografía Urbana (‘Alexander Apóstol’, dentro de la colección Photobolsillo). El libro abarca toda mi carrera, desde mis inicios a finales de los ochenta hasta ahora.
11.00 horas. Llego a Barajas. Descansaré un rato antes de ir al montaje de la exposición que inauguro en La Fábrica (calle Alameda, 10, Madrid), con una obra de mis inicios, llamada ‘Pasatiempo’, que ahora recreo con otra técnica y otro formato. La elegí por su carácter lúdico para hablar de lo masculino, el género y la identidad, desde un punto de vista naif, casi adolescente, que tenía a la edad en que hice la serie original. Hablo de la homofobia presente en los discursos oficiales, en los medios de comunicación y en las personas, dentro del contexto latinoamericano. Mostrada ahora en España, un país que abre espacios idóneos para este tipo de obras, la serie existirá sin los conflictos que tuvo en su momento. Aquí estos temas se han tratado de forma muy diferente, porque el destape sacó lo que se había escondidos en el franquismo, y se abordaron de manera abierta, frontal y atrevida.
Martes
9.00 horas. Me levanto con mucha hambre siempre. Desayuno cereal, avena con yogur, café y tostadas. Esta semana es Arco (la feria de arte de Madrid). Y son días de mucho trabajo. Siempre hay varios eventos sociales, porque Arco, al igual que otras ferias como Art Basel Miami, se extiende a las fiestas y ahí se pueden cerrar los primeros contactos. Estos días tan activos no son usuales en mi cotidianidad. Hay días enteros que no salgo de casa, donde tengo mi estudio. Yo necesito un espacio de reflexión para trabajar.
11.00 horas. Me reúno con Diana López, la comisaria de la exposición, para trabajar la versión final de los textos de ‘Pasatiempo’.
13.30 horas. Termino de intervenir con grafito las últimas copias que irán en un libro de artista. Suelo estar presente en los procesos finales de la obra como el enmarcado o la encuadernación. También en los montajes, aunque esta vez he tenido que elegir entre estar en el de ‘Pasatiempo’ o en el de Arco, donde también expongo obra.
19.00 horas. Inauguro la exposición ‘Pasatiempo’ y presento el libro.
21.30 horas. Voy a un restaurante del centro de Madrid. Es una cena con buenos amigos que se extiende.
Miércoles
12.00 horas. Busco la caja que mandé a hacer para una serie de fotografías que llevaré a Arco.
16.00 horas. Entro a la feria y me dirijo al stand de mi galería de París, Mor Charpentier. Ellos trabajan con una buena planificación y yo sabía de mi participación aquí desde hace meses. En la dinámica de esta feria, las cosas suceden los dos primeros días, en las visitas profesionales. Ventas, contactos, posibles exhibiciones, proyectos, conocer gente. Aquí traigo un extracto mínimo de mi serie ‘Régimen: dramatis personae’, que expuse por primera vez en la Bienal de Shanghai en 2018. Con personas trans, recreo en esta obra las identidades arquetípicas que surgen con los regímenes totalitarios, a través de un componente teatral isabelino y el maquillaje, en retratos clásicos en blanco y negro. Me interesa el colectivo LGTBI porque ha trabajado siempre en la construcción de una identidad, con dudas, reafirmación, dolor y orgullo. En China la censura impidió que se tradujeran los rótulos de los 60 retratos expuestos en un mural de 40 metros, para que el mensaje no pudiera entenderse completamente. A Arco traigo seis de esas fotografías. Son personajes que surgen en la sociedad venezolana con el chavismo, pero que también estuvieron aquí durante las diferentes etapas de la dictadura.
Jueves
10.00 horas. Reviso las pruebas de las fotografías de ‘Régimen: dramatis personae’ que se entregarán al museo Les Abattoirs, de Toulouse (Francia), que ha comprado seis retratos. Las copias, que tienen esta vez 100 x 140 centímetros, las suelo hacer en Clorofila, y suele ser un trabajo fluido.
12.00 horas. Algunas personas me preguntan por mi obra expuesta en Arco. Pienso que en Europa estamos viviendo momentos de un auge del autoritarismo. El fantasma de los extremismos está seduciendo a una parte importante de la población del continente. También pasa en América y en España, donde vivimos el desgaste de los partidos tradicionales. Estoy muy atento, pero no sabría decir qué pasará en Europa en 20 años. Y esta serie está vigente ahora en muchas partes del mundo, pero también en el futuro de muchos países. Es aterrador.
Viernes
11.00 horas. Trabajo en una exposición retrospectiva que tendré en el CA2M, en Madrid, con la obra de mis últimos quince años. ‘Régimen: dramatis personae’ será la pieza central de la exhibición, que luego viajará a dos museos de Monterrey y Ciudad de México y otro en Bogotá (Colombia).
16.00 horas. Hace cuatro años que tengo en mente un proyecto de vídeo, de producción muy compleja, y del que prefiero no dar más detalles. Creo que lo realizaré en primavera, en Madrid. Pero antes debo volver a asentarme en mi estudio. Con la pandemia todo lo que había planificado se suspendió, desde el viaje a Washington, gracias a la beca Smithsonian, donde pasaría unos meses, hasta otros viajes de trabajo. Ha sido un año de locura e improvisación.
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