Buenos Aires, Argentina, 11.01.1962.
Xiomara Jiménez es artista plástica, antropóloga y curadora. Nacida en Buenos Aires, reside en Caracas desde 1963. En su carrera desarrolla un enfoque único que combina la estética de las bellas artes con críticas referencias al contexto social venezolano, desafiando constantemente los límites de la expresión artística.
Desde temprana edad mostró interés por el arte y la cultura. Inició su formación en la Escuela Cristóbal Rojas, egresada como Técnico Superior en Artes Visuales, en 1979. Luego, estudió Sociología, pero finalmente se licenció en Antropología especializada en Lingüística en 1989. Sus conocimientos le permitieron abordar el arte como un medio para explorar las complejidades de la experiencia humana, desde lo individual hasta lo colectivo. La influencia de sus estudios antropológicos se refleja en su capacidad para desentrañar historias personales y fenómenos sociales, utilizando el cuerpo humano y la memoria como ejes centrales de su propuesta visual. Para esta autora, el arte es un medio en el que se cuestionan tanto las interrogantes más universales de la existencia (como la identidad), como los conflictos locales, el hambre y la pobreza.
Como creadora, Jiménez aborda temas como la soledad, el duelo, lo precario y el deterioro, a través de expresiones profundamente introspectivas, donde los conceptos buscan romper las convenciones artísticas. Su obra invita a mirar más allá de las apariencias, a cuestionar las estructuras de poder y a encontrar belleza en lo frágil y lo efímero. Como antropóloga, su metodología incluye profundas investigaciones en las que combina entrevistas, exploraciones personales e investigaciones grupales para generar productos visuales que reflexionan sobre temas complejos como la representación simbólica de la violencia, la exclusión y la “des-identidad”. Entre sus prácticas, trabaja con grupos focales como sujetos de investigación, en un enfoque que ella misma denomina «falsa pedagogía», ya que se ven involucrados muchas veces en proyectos formativos. Este método le permite indagar en problemáticas específicas mediante dinámicas artísticas que revelan aspectos de las realidades sociales estudiadas.
A lo largo de su carrera ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas. Entre las más importantes se encuentran: Eva en ausencia. El lenguaje del duelo (Museo Jacobo Borges, 2002), que obtuvo el premio Fondo de Aportes Mixtos a las Artes (FAMA) otorgado por la Fundación Polar en el año 2000; Una escritura del cuerpo (Galería Spazio Zero, 2003), y Horizonte nacional. Serie paisaje muerto (Galería Universitaria de Arte de la UCV, 2008). En 2018, presentó la exposición Precario, en la galería La Caja 1 del Centro Cultural Chacao, una muestra que sintetiza gran parte de las inquietudes artísticas y sociales de Jiménez; se centró en el concepto de precariedad, como un estado existencial y social, utilizando materiales efímeros como cajas de cartón para reflexionar sobre la pobreza estructural, la exclusión y la fragilidad humana.
La investigadora y escritora Teresa Casique escribe sobre esta obra:
“Xiomara Jiménez concibe sus exposiciones distanciándose de los dispositivos habituales y aun de los géneros corrientes en exhibición. También conflictúa la figura del artista al dar forma a los artefactos más diversos en una gama de soportes tan personal como versátil, sobre los que aplica procedimientos siempre singulares, mientras asume, además, una mirada que suele retar a las parcelas curatorial, museográfica y de publicaciones de los centros donde presenta su obra”
(Papel Literario del diario El Nacional, 27.05.2018).
Además de su producción artística, Jiménez se desempeñó como investigadora y curadora en instituciones culturales venezolanas. Desde 1991, lideró el desarrollo del catálogo razonado de la colección del Museo Alejandro Otero donde luego se integró al área de Educación y al equipo curatorial. Posteriormente, en el Museo Jacobo Borges, ocupó la Gerencia de Proyectos Especiales de Educación e Investigación, y partició en el Desarrollo de exposiciones como Niños de la calle (1999, junto a Ariel Jiménez), Hechos y fábulas de Pedro Duim (2003, con Igor Barreto) y Catia: geografía de un paisaje (2005, en colaboración con Carlos Palacios), y la publicación El platillo de la balanza (2000). En el Centro de Arte El Hatillo, participó en el proyecto Nosotros los adoradores (2006), una obra del fotógrafo Luis Brito. Asimismo, en el Centro de Arte El Hatillo y en la Gobernación de Miranda, participó en un programa especial dedicado a los centros culturales y casas de la cultura del estado, desarrollando proyectos para 20 localidades, y tuvo un papel relevante en la elaboración del proyecto del Museo de Los Teques.
Jiménez también ha publicado diversos ensayos sobre reflexiones artísticas y sociales en Papel Literario del diario El Nacional, así como en las revistas Puntal, Veintiuno, Sarcófago y Extra Cámara (2004 y 2010). Además, ha colaborado con plataformas digitales como El Estilete, IAM Venezuela y Prodavinci. Su obra ha recibido diversos reconocimientos por su contribución al arte y la cultura, y por su capacidad de conectar lo personal con lo colectivo, lo estético con lo social, y lo tangible con lo conceptual.
Desde 2009, participó como asesora en los talleres del Parque Social Manuel Aguirre en donde trabaja junto a los psicólogos de la Universidad Católica Andrés Bello. En estos espacios de interacción y aprendizaje realiza observaciones en “investigaciones encubiertas”, como las ha llamado, que le permiten explorar nuevas formas de creación colectiva. El resultado es un texto publicado en el libro-catálogo La belleza propia, publicado por la Fundación Empresas Polar en 2013, además de las series Soñadores. Retratos de contacto (2009) y Hallazgos. Búsqueda de vestigios del presente/estudios (2012).
En sus proyectos más recientes, Jiménez se enfoca en construir un «mapa visual» sobre la violencia en Venezuela. Violencia tardía (2022) aborda el deterioro y la exclusión de la tercera edad; Hombre al cuadrado (s.f.) reflexiona sobre la desidentidad causada por el abuso de poder, y un tercer proyecto audiovisual en el que examina las experiencias de madres que han perdido a sus hijos a manos de cuerpos represores del Estado.
El Archivo guarda en su colección ampliaciones de su serie Los platos. De lo precario a lo incomible. Homenaje a Brueghel El Viejo (2018), así como algunas copias en papel de la serie El Muro de Mandelshtam, que aborda la interacción entre la política, la poesía y el sufrimiento humano. Además, la biblioteca Alfredo Cortina tiene para consulta el libro La belleza propia: arte, adolescencia e identidad (FEP, 2013).
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